Descripción
Las redes sociales articulan y excluyen a los actores sociales, promueven el equilibrio y la competencia, además de gestionar la inestabilidad; rehaciéndose cuando los tejidos se desgarran en la escala del mercado, la política o la solidaridad colectiva. Asimismo son un instrumento que permite observar los lazos secundarios que tejen mallas subalternas, ocultas y locales. Los actores no actúan en el vacío: tanto para hacer negocios como para ejercer la autoridad y el poder, así como para obtener rentas sociales y económicas, organizan redes que se reconfiguran con el ritmo de los procesos sociales, en un continuo armónico o en contraflujo. Para el historiador, el desafío de reconstruir y explicar la dinámica de las redes sociales constituye un modelo de interpretación relativamente nuevo, que ha permitido cuestionar viejas certidumbres centradas en las estructuras, la rigidez de las instituciones o las representaciones simbólicas de la economía y el poder. Los espacios coloniales de Hispanoamérica constituyen ámbitos excepcionales para ensayar dicha metodología, desplegar la creatividad analítica, revisar épocas, actores y corporaciones.