Descripción
Al avanzar el siglo XIX, los propietarios de esclavos del sur de Estados Unidos sintieron necesidad creciente de legitimar su sistema social. Se trataba, en parte, de una reacción ante las críticas de los abolicionistas del norte, quienes habían ganado notoriedad y aumentado la estridencia de sus ataques a partir de 1830. Sin embargo, en esta búsqueda de legitimidad influyeron con igual fuerza las dudas internas sobre la compatibilidad de la esclavitud con el progreso económico y social, y las inquietudes morales que inspiraban los rasgos más brutales de la servidumbre, tales como la fecuente ruptura de familias que causaba el comercio de esclavos, y el castigo físico excesivo.
El impacto social y cultural de las iglesias evangélicas galvanizó estas preocupaciones e impulsó el surgimiento de iniciativas para reformar la esclavitud y hacerla menos violenta y menos cuestionable desde el punto de vista moral. En el presente estudio se analiza el desarrollo de estas iniciativas de reforma desde sus inicios hasta 1865, año en que el triunfo de la Unión en la guerra civil trajo consigo el fin de la esclavitud. Virginia representa un caso revelador para el análisis de este proceso, no sólo por haber sido el estado con el mayor número de esclavos en todo el país, sino tambien porque, debido a sus características geografícas y a su gran diversidad interna, en Virginia tuvieron lugar intensos debates sobre el futuro de la esclavitud, y sobre la posibilidad de atemperar los atributos más deplorables de dicho régimen de explotación.