Descripción
Los años ochenta del siglo XIX son una interesante etapa en la historia de Estados Unidos, México y Guatemala. Alentado por su propósito de expansionismo económico, Estados Unidos mostraba un interés estratégico en el istmo centroamericano, en particular en Guatemala, donde el dictador Rufino Barrios pretendía la unión centroamericana que expandiría su poder, para lo cual negociaba el apoyo estadunidense a cambio de ceder el control de una futura vía interoceánica. En contraste estaba la postura de México, que rechazaba la política intervencionista y expansionista de su vecino del norte por los peligros de la tradicionalmente amenazadora vecindad geográfica.
En este trabajo resalta la habilidad diplomática de los funcionarios mexicanos y la fuerza de los intereses económicos y políticos de ciertos grupos de presión en Estados Unidos, así como de sus comisionados que en ocasiones diferían de los criterios y principios de su presidente.