Descripción

La reforma del Estado no sólo implica restringir el papel de éste en la economía, sino que supone una redefinición de lo público y lo privado, cuya principal manifestación es la disminución acelerada del gasto público y una tendencia al avance de la privatización de los servicios públicos.

Durante la administración salinista, el gobierno de la ciudad de México comenzó a modificar su papel en los procesos de gestión de los bienes urbanos, al transferirle funciones al sector privado, sobre todo en relación con la gestión de los servicios públicos como en el caso del agua. Para ello instauró la política denominada “nueva estrategia del agua” que consideraba alcanzar un manejo integral del agua mediante una mayor participación de los usuarios, mejorar los sistemas de abastecimiento, elevar la calidad del agua y fomentar una nueva cultura del agua, con la activa intervención de la iniciativa privada.

Este estudio pretende demostrar por qué las decisiones en materia urbana, que se instalan en el terreno de la política y la gestión del territorio, no pueden subordinarse a la lógica empresarial y que sean decididas “libremente” por las reglas que operan en el mercado. De esta manera, los incrementos de la eficiencia en la operación y en la rentabilidad económica no necesariamente están en contradicción con el carácter social que poseen los servicios públicos. Por último, se presentan un conjunto de reflexiones acerca de los alcances y las características del proceso de privatización de la administración de los servicios de agua potable en el Distrito Federal.