Descripción
Las diputaciones provinciales fueron organismos creados por las Cortes de Cádiz para una parte del gobierno de las provincias de la monarquía española. En 1820 había siete diputaciones provinciales en Nueva España; posteriormente, en los primeros meses de la etapa nacional, su número se incrementó a 23. En los tiempos de Iturbide, las diputaciones provinciales tenían atributos de carácter administrativo. Sin embargo, las provincias mexicanas no habían apoyado la independencia para continuar dependiendo de la voluntad de otro, en este caso la ciudad de México. De ahí que las diputaciones provinciales fueron adquiriendo conciencia de la posibilidad de transformar las provincias en entidades más independientes de la capital del país. De esta conciencia y de su aplicación surge en México la forma federada de su gobierno. El presente volumen contiene la documentación de la última parte de los trabajos de la Diputación Provincial más grande y poblada de México. Es el complemento del trabajo que en 1985 publicara Carlos Herrejón Peredo y que comprende las actas de las postrimerías coloniales y primera parte del periodo independiente. Estos documentos, como lo constata el estudio introductorio de Cecilia Noriega Elío, son una fuente invaluable para comprender la operatividad de una corporación que busca su ingreso a la modernidad liberal.