Descripción
El presente libro es una contribución destacada al tema de la guerrilla en los años setenta del siglo XX mexicano y se inserta de manera congruente en la línea de investigación de los movimientos armados en México. El autor aborda el caso de la Liga Comunista 23 de Septiembre y la pone a escrutinio a través de una verdadera radiografía en donde destaca su accionar revolucionario constantemente asediado por la desproporcionada represión gubernamental, por un lado, y por la manipulación de la información ejercida por los medios de comunicación, sobre todo la prensa escrita, por el otro.
El maestro Gamiño nos detalla de qué forma el Estado fue escalando su operar represivo en cada uno de los periodos por los que transitó la Liga, con un diseño perverso que incluyó el fortalecimiento de los cuerpos policiacos y mayor equipamiento y capacitación militar de fuerzas de elite, así como la utilización de diferentes técnicas de infiltración, descontrol y abatimiento. Y cómo, de manera simultánea, se utilizó la prensa para ejercer desinformación con respecto al conflicto armado y para reducirlo y socavarlo ente la opinión pública. Esta prensa oficiosa -con pactos maquiavélicos con el poder- sirvió al Estado para reducir el impacto de la oposición armada en el ámbito político y social; para justificar y ocultar las acciones represivas; para estigmatizar, denotar y denigrar con infamantes vituperios a los militantes de las organizaciones armadas y, finalmente, para servir de vocero oficial de las decisiones gubernamentales en torno a las vías legales utilizadas para frenar el conflicto guerrillero.
La obra no sólo explora el significado de la guerrilla en la segunda mitad del siglo XX en México también las consecuencias de ese proceso en el intrincado camino mexicano hacia espacios más incluyentes y democráticos. Así, cumple el objetivo de rescatar esta historia de la izquierda revolucionaria, no sólo con un interés académico sino también humanista con el afán de aportar elementos para reconstituir nuestra propia idea de historia, y de esta manera mantener viva la memoria histórica, cerrar en definitiva la puerta al olvido y apostar a la clausura de la violencia política en la construcción de la sociedad mexicana del siglo XXI.