Descripción
Este libro examina las causas y consecuencias de algunos de los escándalos políticos más emblemáticos del México de finales del siglo xx. Con fuentes históricas inéditas analiza la influencia que tuvieron los reportajes periodísticos tanto en los imaginarios populares como en los debates internos del gobierno. Para la década de los ochenta, los escándalos políticos de lo más diverso —desde los rumores de esterilización forzada en Ciudad Nezahualcóyotl hasta la censura gubernamental de Los hijos de Sánchez— eran una parte cotidiana de la dieta mediática nacional.
Al tratar los casos de malversación, tortura, violencia policial y fraude electoral, entre otros temas, las investigaciones y denuncias terminaron constituyendo un mecanismo importante, aunque impredecible, para la representación política, a la vez que ofrecieron oportunidades colectivas para expresar el descontento popular y forzar en muchas ocasiones a los funcionarios federales a rendir cuentas y a enfrentar ese descontento.
La autora expone cómo la circulación de escándalos ventilados por el periodismo tuvo efectos transformadores sobre la cultura política y ciudadana, sobre todo en las grandes ciudades mexicanas. Así, la publicidad de los actos indebidos minó los esfuerzos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por controlar el discurso público e incluso empujó a muchos altos dirigentes a lidiar con las escisiones internas a contrapelo de las representaciones monolíticas de esa institución política.
Al poner el foco en los escándalos de corrupción con mayor repercusión, este libro revela las tensiones entre la libertad de expresión y la (auto)censura ante el temor por la seguridad personal o familiar, pero sobre todo ofrece una radiografía precisa de la esfera pública mexicana y del complejo juego entre la transparencia y el secretismo que la define.