Descripción
Este libro analiza las primeras elecciones mexicanas en que se votó desde el exterior. Lo hace entretejiendo las imágenes totalmente compartidas del discurso con que se ha alimentado a la migración mexicana por décadas. En este país el Estado contribuyó a la caricaturización de los que emigraron, luego los ignoró, hasta llegar después al extremo de ponerlos en el altar de la heroicidad. A partir de la década de los noventa el mantra nacional repetido por la clase política y financiera enalteció a las remesas como prueba de lealtad de los ausentes, aunque, en el fondo, el interés y compromiso, de “los que se fueron”, siguió despertando suspicacias. Esto pospuso su inclusión en la vida democrática de manera formal.